Fuckowski is back

Hace un par de años, creo, que sigo asíduamente el blog de Alfredo de Hoces, cuyo nombre es Despacho 101. En sus comienzos, este blog narraba las peripecias del alter ego del autor, un profesional de las llamadas TIC (tecnologías de la información y las comunicaciones). En resumen, un currela del teclado como un servidor. Aunque en su momento no me daba cuenta, desde la perspectiva que da la distancia me doy cuenta de que la denuncia que realizaba de las prácticas habituales en el sector me ha servido para tomar consciencia de que ciertas cosas que han intentado vendernos a los informáticos y "telecos" de mi generación no son más que patrañas. Digamos que el Sr. García-Galán me ha acompañado en mi proceso de maduración como profesional del ramo, que desde luego dista mucho de haber terminado. Como muestra de a qué me refiero, sugiero la atenta lectura de la entrada El Pirita.

Me doy cuenta, no se crean, que resulta un poco absurdo que yo recomiende desde aquí un artículo de Despacho 101, más que nada porque Despacho 101 es un espacio de opinión magnífico que leen miles de personas, y este pseudo-blog que tengo aquí montado y que actualizo cuando me pica la oreja izquierda por la parte de adentro, más o menos, lo leen cuatro. Y además son todos amigos míos y lo hacen -creo- para clickar en el adsense y poder irnos luego a cenar con la pasta de google. De todas maneras, creo que de esos cuatro que me leéis, a lo mejor dos no conocen Despacho 101, así que aprovecho. Y es que esta semana en Despacho 101 se ha publicado una entrada que me ha recordado mucho a las del principio, que denuncia algo que sinceramente hace tiempo que me ronda la cabeza, aunque no había llegado nunca a formularlo con el acierto que, como casi siempre, demuestra aquí el Sr. Alfredo de Hoces. Se llama El RBS y la patata caliente.

Espero que los disfruten, y si les gusta, les animo a que empiecen a leer las entradas de Despacho 101 desde el primer día. De verdad que merecen la pena.